sábado, 14 de julio de 2007

Noche de observación

Anoche pude contemplar el cielo como nunca antes lo había hecho. Libre de gran parte de la contaminación lumínica de ciudades como la mía, el número de estrellas visibles se multiplicaba por una gran cifra, y muchas de las maravillas del cielo se revelaron a nuestros ojos.

Creo que fue la primera vez que pude contemplar esa franja nubosa que cruza el firmamento de parte a parte, la Vía Láctea, nuestra galaxia vista de perfil desde su propio seno, nuestro hogar en el inmenso cosmos. Entre los miles de estrellas se podían distinguir las constelaciones de Casiopea, la Osa Mayor y la Menor, el Cisne, la Lira, Sagitario, Escorpio... todas ellas albergando interesantes objetos celestes.

Unos simples binoculares ayudaron a desvelar muchos de ellos. Cúmulos globulares y abiertos, agrupaciones de centenares de estrellas ligadas entre sí por la gravedad, eran fácilmente visibles con este humilde instrumento. En ocasiones no hacía falta saber dónde estaba cada objeto, simplemente escrutando el cielo con ellos podía uno descubrirlos por sí mismo, igual que hicieron los primeros observadores con sus rudimentarios telescopios primitivos. La sensación del descubrimiento, y la comprobación posterior en las cartas estelares que gente más experimentada portaba consigo, identificando de qué se trataba, resulta casi indescriptible.

Júpiter, el segundo objeto en tamaño en el sistema solar, también estaba en el cielo esa noche, sus cuatro satélites perfectamente alineados a su izquierda, observándonos desde más de 670 millones de kilómetros de distancia, pero aún así siendo el objeto más brillante en el cielo nocturno en ese momento.

Pero hubo un acontecimiento que estuve esperando con algo de impaciencia. Cuando llegó la hora en que estuvo lo suficientemente alta en el horizonte, dirigimos nuestros prismáticos hacia la zona, buscando... Y allí estaba. La galaxia de Andrómeda, una gigantesca espiral, tan grande como la Vía Láctea, y que colisionará con la nuestra dentro de unos pocos miles de millones de años.
Y allí estábamos, conscientes de ese final que nunca contemplaremos, observándola, imaginando la verdadera forma de esa mancha borrosa formada por más de 100.000 millones de estrellas, así como de polvo, nebulosas y planetas, donde quizá pueda haber alguien que esté pensando lo mismo observando la nuestra.

¿Qué más puedo decir? Me encanta indagar en el firmamento, que todavía tiene muchísmos secretos que desvelar.

13 comentarios:

  1. Es curioso lo fácil que se dice aquello de "pocos miles de millones de años", y más aún que una cantidad de tiempo tan sumamente enorme desde el punto de vista de un ser humano, vaya precedido de "pocos".

    Por cierto, dices que en la galaxia de Andrómeda "quizá pueda haber alguien que esté pensando lo mismo observando la nuestra". Aunque has puesto muy correctamente el "quizá", he de decir que, desde mi punto de vista (y, por tanto, siendo lo que voy a decir una mera opinión), aunque haya "billions and billions" (siento la carlsaganada :P) de sistemas planetarios, también es cierto que el hecho de que en la tierra haya aparecido vida inteligente ha sido fruto de muchas casualidades. Sinceramente, creo más probable que encontremos cosas que desconocemos total y absolutamente en exoplanetas antes de encontrar vida inteligente.

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  2. Voy a matizarme un poco. Cuando he dicho "cosas que desconocemos total y absolutamente", me refiero principalmente a adaptaciones de la posible vida en dicho exoplaneta total y absolutamente diferentes de lo que podamos observar en la tierra.

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  3. Por supuesto, Omnipunctum, tienes toda la razón. La probabilidad es extremadamente baja, pero quién sabe, la cantidad de estrellas de que estamos hablando es enormemente grande, y tal vez estadísticamente otro gran conjunto de casualidades dé lugar a inteligencia en un lugar tan remoto (y a la vez tan próximo) como es Andrómeda.

    Dado que los datos de que disponemos al respecto es prácticamente nulo, siempre se puede soñar... ;)

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  4. Cómo no, el problema de este tema está en lo que tú dices: "los datos de que disponemos al respecto es prácticamente nulo". No obstante, tampoco me parece que eso sea una excusa para soñar: los sueños, por fortuna o por desgracia, no obedecen a las leyes de la naturaleza, y no se suelen corresponder con la realidad :P.

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  5. Pero recuerda que a veces la especulación puede ser el principio de la creación de una teoría que sí podría corroborarse mediante datos experimentales. De modo que, hasta que esos datos lleguen, "soñar" es lo único que tenemos. Incluso creo que puede ser bueno especular sobre diversas opciones, ya que así se tendrían teorías que contrastar en el momento en que se obtenga una posible evidencia experimental. :)

    De modo que sí, invito a reflexionar, a soñar sobre estos temas aunque no dispongamos de datos ;)

    Un saludo

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  6. Considero que hay diferencias entre especular y soñar. El sueño pertenece más al reino de la esperanza y del deseo que a la realidad; la especulación, aunque no pueda (o, a veces, no quiera) basarse del todo en el mundo real, intenta buscar explicaciones a éste.

    PD: Ya puedes llamarme "tiquismiquis" :P.

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  7. La que se ha liado aquí por una simple licencia literaria, madre mía... :D

    A ver, el caso original era que puede que haya alguien observando nuestra galaxia desde Andrómeda, tal vez tan maravillado como yo de poder contemplarla.
    No sabemos nada sobre si vive algo o alguien allí, luego el decir que quizá, no resulta del todo descabellado, aunque sabemos que es extremadamente improbable.

    P.D.: ¿"Sabemos"? Bueno, técnicamente no sabemos mucho de estas probabilidades, al ser nosotros mismos el único caso conocido de inteligencia (ejem, definámoslo así). Pero bueno, todo llegará, (o no) ;)

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  8. Dices:

    "luego el decir que quizá, no resulta del todo descabellado".

    Yo dije:

    "Aunque has puesto muy correctamente el "quizá" ".

    :P

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  9. Oh, menuda os traéis vosotros dos solitos.
    Yo hace mucho que no observo el cielo en todo su esplendor. Aunque aquella vez con Omni-chan y con otro compañero pudimos ver algo, recuerdo cuando era más pequeña y en mi pueblo perdido en Cuenca, alejándose un poco del mismo se podía ver el cielo a simple vista maravillosamente. Es una pena que ahora hayan puesto luces por fuera también... Cuándo aprenderán...

    Un beso, que también se te echa de menos :)

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  10. Juraría haber dejado ya un comentario en esta entrada... U_U

    En fin, que para el debate deberíais llamar a los dos moderadores principales en estos temas, Mulder y Fríker J., que seguro que os sacan de dudas...

    Lo que escribiste me recordó a la primera vez que fui de observación, con un profesor astrofísico que tuve y que me metió dentro el gusanillo por todo esto... Nos llevó al campo y nos enseñó la Vía Láctea y varios objetos celestes y yo, pequeña como era, aluciné y creo que no cerré la boca en toda la noche XDD Me asombraba saber que yo, tan enana, era parte de aquello tan precioso y tan enorme...

    Creo que ese día me eché a perder XDDD

    Un saludo... ;)

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  11. ¡Lo del debate fue culpa de Omni única y exclusivamente! XDDDD

    ¿Y echarte a perder? Nah, no lo creo ;)

    Esta entrada describe la primera vez que pude ir a observar con la asociación astronómica de mi localidad, y era algo que llevaba queriendo hacer desde hace mucho tiempo… Me encantó.

    Saludos, Itahisa :)

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