Decidí aprovechar ese tiempo para hacer algún ejercicio más de clase. Al ritmo de la música de mis auriculares, y con una interesante lucidez impropia de esas horas, continué hasta que la pantalla del reloj mostró que estaba llegando a un límite que no debería ser rebasado. Recogí las cosas y apagué la luz. La contaminación lumínica de la ciudad era suficiente para iluminar el camino a través del patio. Totalmente a oscuras, ya en la habitación, procedí a preparar las cosas para el día siguiente, y cuando estuvo listo me dirigí hacia el aseo.
Pero no sin antes detenerme para realizar una última acción: de nuevo en el patio, dirigí la vista hacia arriba. Con las pupilas totalmente dilatadas, sabía que, como otras veces, merecería la pena. Y en efecto así era. Sobre el fondo anaranjado del cielo nocturno, docenas de estrellas ocupaban sus posiciones en el firmamento, dominadas por el fulgor rojizo de Marte, situado directamente sobre mí en ese momento. Lo contemplé durante unos instantes, mientras retazos de nube se desplazaban a su lado, y el frío de la noche acariciaba mi piel.
Con una sonrisa en los labios, me volví y proseguí mi camino. Una lástima que fuera tan tarde…
muy bueno
ResponderEliminarVaya cosas que te pasan DarkSapiens. Tampoco es bueno abusar de ejercicios de física que te terminan volviendo un poco loco. xDD
ResponderEliminarEs una buena historia, pero lo que no entiendo es porqué atravesas el patio. Haces los ejercicios por la noche en mitad del patio??
Saludos
Gracias por comentar.
ResponderEliminarEl caso es que tanto la sala de estudio como mi habitación en la residencia, dan a un patio, que hay que atravesar cada vez que sales o entras de uno u otro :P
Pero la vista es buena :)
Saludos.
Ammm, ok, si estás en una residencia es más normal. xDD Todo aclarado. ;)
ResponderEliminarSaludos
:)
ResponderEliminarY como hasta el dia de hoy...Marte también siguió su camino :)
ResponderEliminarBonito relato, de verdad :)
Gracias :)
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